No digan de mí que por débil rechacé
Las labores de mis antepasados, y escapé del mar,
De las torres cuyas bases construimos, y de las lámparas que prendimos
Para jugar en casa con papel como un niño.
Mejor digan: En la tarde de los tiempos
Una esforzada familia sacudió de sus manos
La arena de granito, y mirando lejos
a lo largo de la costa a sus pirámides
Y altos monumentos recibir al sol del ocaso,
Sonrieron contentos, y a su tarea infantil
alrededor del fuego dedicaron sus horas nocturnas.
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XXXVIII de Underwoods
por RL Stevenson
28.10.07
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